viernes, 19 de junio de 2009

Buenas Intenciones

Y pensar que yo creía ser la única, cada vez que me siento en esos sitios, me siento observada por todos, sus ojos acusadores me ven, también puede ser curiosidad, pero yo más bien creo que es mera envidia patatera.

Mientras yo disfruto de un asiento desde donde los puedo observar a todos, ver quien le mete mano a quien, como escuchan atentamente al gritón de mix, sus cabezas vacilantes sobre sus hombros o lo que más me gusta… el increíble dominio de las féminas sobre sus manos-ojos, ser capaz de delinearte un ojo y enchinarte las pestañas ¡con una cuchara! Creo que jamás dominaré esa habilidad; ellos solo me ven.

Por eso es que a la menor oportunidad me levanto y finjo que es solo porque hay otro lugar desocupado, y será mas cómodo estar de su lado. Pero en realidad es la angustia que me invade estando en esos sitios, a veces están calientes por el motor cercano, otras son estrechos y además inclinados quizá me salga por la puerta, pero la verdad, la verdad, lo que mas me incomoda es que piensen que soy su novia, pues según tengo entendido, es Lugar Reservado para la novia, esposa, amante o en dado caso el súper cuate del conductor.

Afortunadamente un día, de estos últimos, descubrí que no soy la única, quizá se deba a su condición de hombre junto a otro hombre… pero en fin, el punto es: él se levantó con la misma rapidez que la mía en cuanto vio un poco desocupado el microbús. Uff ya me sentía una malagradecida con tan benévolos conductores de la Ciudad de México.

1 comentario:

  1. ¡Transportes públicos malos!, lo mismo que tú escribiste, lo mismo ellos quieren hacerlo, presiento que ellos estan más desesperados por nosotros, que nosotros de ellos.

    Escribes muy bonito.
    t.q.mil

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